Crear y Creer

- Crear y Creer

Siempre me he considerado, ante todo, como un compositor, para nada soy un virtuoso ni un acróbata del mástil, simplemente prefiero hacer canciones y tratar que sean de cosecha propia, y si no lo son, al menos que tengan algo de mi o pueda aportar algo a ellas.

Por ejemplo, si se trata de versiones en otro idioma, basándome en la letra original intentar hacer una adaptación lo más fiel posible al español, y si son temas en español ya hechos por otro artista, intentar darle mi estilo y personalidad, pero ni copiar, ni imitar, ni calcar, pues para eso, considero que ya está el original.

También me he dedicado a tocar para otros, pero nunca me he sentido cómodo en ese papel de, digamos, “mercenario”,... no me gusta cuando se pasa ese umbral que hay entre el placer de tocar por gusto, a la necesidad de hacerlo por obligación y trabajo. Es cuando llegado a ese punto para mi pierde el sentido esta pasión.

Prefiero tocar por ese placer de hacer lo que me apasiona, sin que me cueste un verdadero sacrificio, o al menos mas aún de lo que por si ya lo hace el tocar un instrumento de manera profesional (véase otra entrada en este blog sobre esta apreciación).

Cuando uno toca por obligación o por necesidad, para mi como que se va la magia, y aunque me siga apasionando, a mi entender pierde esa frescura y esa naturalidad con la que uno hace las cosas cuando de verdad le motivan.

Respeto y entiendo perfectamente que la mayoría de músicos que conozco hagan esto, y más cuando solo se dedican a interpretar lo de otros y no crean lo suyo propio, pero cuando uno es creador es muy difícil tocar para otros o incluso lo de otros, no porque no se sepa hacerlo, sino porque no se siente con la misma intensidad que se siente lo propio.

Es como cuidar de un hijo que no es tuyo como si fuera tuyo. Si, lo harás y se hace lo mejor posible, pero el sentimiento no es el mismo que si fuera tu propio hijo. Es algo innato.

Y por supuesto Creer en lo que se crea, hace que Crear sea tan especial.